Caracteristicas de un hotel de lujo

Desde luego es un buen sistema de clasificación ya que de un hotel de cinco estrellas podemos esperar unos servicios y una estética (o lujo) que seguramente echaríamos en falta en un hotel de dos estrellas.
Sin embargo ni todos los hoteles de cinco estrellas ofrecen la misma calidad de servicios, ni si quiera los mismos servicios, ni podemos tener la seguridad de que algunos hoteles con menos estrellas no vayan a ser una mejor elección allí donde queramos alojarnos.
Sucede en ocasiones que hoteles de una categoría estrelleril inferior son muy superiores en lo que esperamos de un alojamiento, ya sea por su situación en la ciudad, por el tamaño de las habitaciones, por la decoración más actual,…


Esta certificación de calidad es justamente lo que estábamos buscando como solución al relativismo que nos ofrece el número de estrellas, o el nombre de la cadena hotelera, o cualquier otro dato que si bien puede ayudarnos a imaginar qué encontraremos en el hotel, no nos garantiza un nivel de calidad mínimo. Con la certificación de calidad Q por lo menos podemos estar seguros (así debería de ser) que los servicios ofrecidos cumplirán con lo que de ellos se espera.
Por lo tanto que un hotel cuente con esta certificación siempre podrá ser de ayuda para evitar algunas sorpresas poco deseables.


Esta es una variable muy a tener en cuenta, sobre todo cuando visitamos ciudades por medio del sistema de viajes organizados.
Casi siempre en los folletos de las agencias de viaje aparece la indicación más llamativa, es decir, el número de estrellas de los hoteles. De tal manera que un viaje organizado con hoteles de cuatro o cinco estrellas puede parecer toda una maravilla y ciertamente nada en contra se puede decir de lo que cada uno de esos hoteles ofrezca, sin embargo no menos importante sería plantearse dónde lo ofrecen.


 Esa es una característica prioritaria a la hora de decidirse por un hotel o por un hostal. Sin embargo si usted es de los que ya tiene encasillados a los hoteles como establecimientos caros y a los hostales como baratos, a los hoteles como alojamientos de calidad y los hostales como establecimientos de menor calidad, a los hoteles de más estrellas como garantía de mejores servicios frente a los de menos estrellas, no sólo se estará equivocando sino que terminará pagando más de lo que desearía recibiendo seguramente un peor servicio.
En primer lugar, si usted busca alojamiento en una ciudad establezca un margen posible en los precios que estaría dispuesto a pagar. Si por ejemplo su precio deseable es de 60 euros por noche, no descarte aquellos que pueden costar 40 u 80 euros, sitúese en un plano y busque en la zona, o zonas, de su interés todos los establecimientos que pueden cumplir con ese precio. Olvide por el momento si son hostales, hoteles o si tienen más o menos estrellas. 


De hecho lo acertado sería no fijarse en nada de esto hasta el final.
Si por ejemplo está buscando alojamiento en alguno de los sitios Web de las numerosas centrales de reservas podrá hacer justamente esto que le indico, buscar por precio y por zona. Revise uno a uno cada uno de los establecimientos y sin atender como prioridad al precio seleccione aquel que más cómodo, elegante, o bien situado se pueda encontrar. Le puedo asegurar que hacerlo de esta manera, sin dejar fuera hoteles que por ejemplo superen cinco o quince euros su precio límite deseable le permitirá alojarse en establecimientos donde se sentirá mucho más a gusto.